Tercera entrega de los diarios del buen Avelino Fierro, con prólogo de Andrés Trapiello. Fierro ha sido desde siempre un lector militante y un hombre de ley, además de pastor nocturno de su ciudad… Desde hace algunos años es también autor de una saga diarística que es a un tiempo retrato íntimo y colectivo, novela del yo y a la vez coral. Delicadas y amigables prosas acompañadas por las ilustraciones del propio autor, todas para enmarcar. Así da gusto ponerse a maquetar.